
Todas tenemos manías, costumbres de pensamiento o comportamiento que
nos caracterizan, que nos llevan a repetir las mismas pautas, las mismas
reacciones para manejar las situaciones de nuestra vida. Incluso, dándonos
cuenta de ello, a veces tenemos cosas que nos molestan de nosotras mismas, y
que, aunque tratemos de controlarnos, parece que haya una fuerza ineludible que
nos lleva a pensar o reaccionar así. Y, por tanto, pensamos que esa es nuestra
personalidad.
Como esto de la personalidad y esa necesidad que tenemos de controlarlo
todo viene de largo, ha habido estudiosos y científicos de todas las épocas que
han podido observar pautas compartidas por diferentes personas y se han
dedicado a estudiar el tema y a hacer una clasificación. Vaya por delante el reconocimiento
de la profundidad de la base y la seriedad de todas estas disciplinas, la
mayoría de las cuales llevan detrás un profundo estudio de la psique, aunque lo
que conozcamos en general de ellas sea como mucho, la punta del iceberg.
Pera para hacer estas clasificaciones hay que ordenar los resultados y
hacer divisiones o jerarquías. Y estas se harán en base a los factores que se
observen y estudien. Cada ciencia o disciplina que se encarga de determinar y
clasificar el comportamiento del ser humano de manera directa o secundaria lo
hace desde el ámbito que estudie, excluyendo todo lo demás. Lo que no quiere decir que los otros
estudios sean falsos, si no que existen muchas maneras de mirar cómo somos.

Para conocernos y explicarnos nos podemos valer de las diferentes
clasificaciones del carácter, pero si queremos encontrar una respuesta que
llegue a una explicación más profunda, simplemente no podemos quedarnos con las
observaciones de otros. Creo firmemente que todas estas técnicas son válidas
guías que nos pueden hacer pensar y descubrir aspectos de nosotros de los que
no éramos conscientes, pero también creo que podemos cambiar cualquier rasgo de
nuestra personalidad si queremos, lo cual nos sacaría del patrón inmediatamente
ya fuera el de los astros o el de los genes. También se puede profundizar en
uno mismo con ayuda de hipnosis, psicoterapia, respiración, plantas... pero eso
es otra ayuda del camino, los pasos y el esfuerzo (o el no esfuerzo) lo tiene
que hacer cada uno por si mismo.
Total, que para saber por qué somos así y no asá, qué
es lo que más nos influye y cómo, para ser como somos, tenemos que incorporar
inevitablemente el prefijo auto en nuestras vidas: auto-observación y auto-análisis.
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