El Subconsciente


La consabida foto de un iceberg entero en el que se aprecia la proporción del mismo y la enorme diferencia de lo que vemos en la superficie y lo que se encuentra debajo del mar, es un ejemplo casi perfecto para comparar con nuestra mente. Y digo casi, porque, al fin y al cabo, la parte sumergida del iceberg tiene límites, y porque realmente no conocemos los límites de lo que no conocemos.


El autoconocimiento va de indagar eso que nos influye para ser como somos, qué nos afecta y por qué, y eso necesariamente conlleva bucear en nuestro subconsciente, esa enorme parte de nosotros, el almacén dónde se guardan todas las impresiones que nos han ido construyendo hasta lo que somos.

Así que en el subconsciente se halla dibujado el mapa particular de cada uno, ese gran libro en el que está escrita toda nuestra historia y aprendizaje desde mucho antes de que tuviéramos memoria de nosotros y conciencia analítica. Y, al igual que si estuviera organizado por capas, si seguimos profundizando podemos incluso salirnos de nuestro mapa particular y acceder a información que tiene que ver con nosotros pero que forma parte de un mapa más amplio, Jung lo descubrió como el inconsciente colectivo, en esa idea se basa Rupert Sheldrake al hablar de los campos mórficos y Annie Besant le dió el nombre de "archivo akáshico". Y yendo más profundo, incluso podemos encontrar, (y aquí es dónde empezamos a poder comprender, de verdad, la espiritualidad), que podemos trascender completamente nuestro ego accediendo a la vivencia de la unión con todo lo que existe. Todo esto podemos comprenderlo y afirmar que es así, no solo por la experiencia particular (que es inefable), sino porque son patrones que encontramos en todas aquellas personas que se han interesado por su mundo interior y experiencias comunes que viven aquellos que avanzan por diferentes caminos.

Que podamos acceder y profundizar más o menos en nuestro subconsciente dependerá del estado de consciencia en el que estemos*, de nuestro entrenamiento, de la técnica que usemos y de un componente misterioso que podemos llamar destino o "aquello de lo que te toca darte cuenta ahora y no antes". Aunque este último factor no lo podemos tener en cuenta ya que hay que ser dios para controlarlo, pero si que podemos aprender a encontrar información útil que amplíe la conciencia, ese agujerito por el que nos vemos y vemos el mundo. Aún así, lo que si hay que tener en cuenta que saber por saber no sirve de nada, es decir, si la información que rescatamos no nos sirve para mejorar nuestra vida, y para poder aplicarla en otros estados de percepción, o sea en el mundo exterior.

Podemos revelar las capas "superiores" de nuestro subconsciente con el simple hecho de prestar atención a nuestro interior, por ejemplo, utilizando la memoria e indagando de dónde brotan nuestro comportamiento y pensamientos o dándonos cuenta de las sensaciones corporales que nos produce algo (como la música). Hay multitud de ejercicios y técnicas que nos ayudan a darnos cuenta de aspectos de nosotros que están ocultos a nuestra conciencia ordinaria y que cuando "emergen" suelen tener un efecto útil para nuestras vidas. Los estados de relajación favorecen esa introspección, cuando las ondas electromagnéticas de nuestro cerebro se cambian facilitando la profundización, aunque no necesariamente hay que estar relajado para cambiar de conciencia, también hay maneras de entrar en trance realizando movimientos frenéticos, por poner un ejemplo. En realidad lo que hacemos es facilitar la predominancia de la conciencia testigo sobre la conciencia analítica, amortiguando los mensajes del córtex, nuestra parte "racional" y esto lo podemos provocar e intensificar a base de meditación, respiración, diferentes plantas, e incluso simplemente con la intención.

El subconsciente es un gran misterio, el personal y el colectivo, investigarlo y encontrar respuestas está al alcance de cualquiera que lo intente.



* Estados de conciencia: http://nataliamente.blogspot.com.es/p/psique.html 

No hay comentarios:

Publicar un comentario