Una de Miedo

La principal función de las emociones es desencadenar una reacción física que provoca una acción determinada como respuesta a un estímulo externo (reacción). Y el miedo es una emoción primaria que nos ha permitido salvar la vida: Corremos y nos alejamos del peligro, o nos preparamos para defendernos, esta es su función. 

Esto nos ha ido muy bien en el bosque, o en la selva, donde los peligros estaban claros (otros animales, fenómenos meteorológicos, terrenos inexplorados…). Y aunque a veces la reacción parezca igual de automática que si nos salvara la vida, la mayoría de los estímulos que nos provocan miedo son aprendidosbien por educación, bien por la propia experiencia. Entre estos últimos, los humanos hemos desarrollado una gran cantidad de miedos más abstractos ante los que no sabemos reaccionar porque, en realidad, no tienen que ver directamente con el instinto de supervivencia, al menos física.

Y, ¿qué pasa cuando no reaccionamos, es decir, cuando no hacemos algo con ese miedo? ¿Qué ocurre cuando no atacamos, ni nos defendemos, ni huimos?: Que nos paraliza. Nos impide pensar en otra cosa que no sea ese peligro abstracto que va a acabar con nosotros. Vemos los árboles pero no somos capaces de cambiar de perspectiva para ver el bosque. Y recordemos que ademas estamos enviando señales de estrés a nuestro cuerpo que no liberamos adecuadamente, con las posibles consecuencias físicas.

De las principales emociones básicas, el miedo subyace en nuestras decisiones y comportamiento mucho más de lo que somos conscientes. De hecho, si hacemos una lista de las principales emociones que generalmente nos suelen limitar (muy parecida a los siete pecados capitales) orgullo, soberbia, gula o lujuria, pereza, ira, envidia, vanidad, avaricia…, frecuentemente, estas tienen su base en algún temor (a que nos “vean” como somos, a parecer débiles, o tontos, al vacío en nuestra vida, al fracaso, a equivocarnos, etc.).

Por otro lado, somos los únicos animales que sentimos miedo sin que se haya producido ningún estímulo exterior para ello. Tenemos miedo a que no nos quieran o no nos valoren, a quedarnos solos, a lo que imaginamos que podría pasar, a hacer el ridículo, a que se noten nuestros sentimientos, a que no se nos noten... amén de las fobias.

Se podría decir que son miedos más controladores que defensivos, y lo malo del temor a perder el control sobre nosotros o el entorno, es que a veces intentamos controlar incluso lo que no está en nuestras manos. Frecuentemente, con los miedos nos amargamos la vida a nosotros y a los demás. ¿Cuantas veces de las que nos tememos que pase algo, pasa?, y de las veces que pasa ¿las consecuencias han sido siempre tan terribles como imaginábamos? Afortunadamente, en la mayoría de los casos la respuesta es muy pocas.

La única manera que conozco de vencer el miedo es enfrentándose a él, haciendo lo que temes. Aunque a veces puede que tengamos miedo porque nos faltan datos, es decir miedo a lo desconocido, ... Entonces, a buscar datos.

Este vídeo es para tí porque también eres tú:



Extracto del Manual de Autoconocimiento "Se tu Propi@ Maestr@". Natalia Martin

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